Memoria de actividades del año 2020
Bueno…, he estado pensando cuál ha de ser el mensaje real, sincero (¡siempre!) que hemos de compartir en este momento en el que debemos de hacer balance del tiempo transcurrido.
Creo que un mensaje de esperanza, de llamada a la prudencia y, sí…, también, ¡cómo no!, de reconocimiento de nuestras propias limitaciones humanas puestas a prueba y sobrepasadas en estos tiempos nunca conocidos por todos nosotros.
Hemos mostrado y seguimos mostrando nuestro apoyo y solidaridad a todas las hermandades y cofradías de la Confraternidad. Hemos orado unos por otros.
Decía antes que el mensaje que hemos de compartir tiene mucho de llamada a la prudencia.
Pensamos que nosotros, los católicos, no debemos ser motivo de escándalo para la sociedad. Quien piense que esta actitud es fruto del complejo o cobardía para dar testimonio de fe, se confunde o, lo que puede ser peor, “no ha entendido nada del mensaje de Cristo”.
Hemos comprobado cómo la caridad fraterna ha estado más presente, si cabe, en las hermandades que formamos parte de la Confraternidad. Cierto que no hemos podido ni podremos llevar a cabo procesiones. Pero adecuándolas a las normas establecidas en cada momento por las autoridades sanitarias y refrendadas por cada diócesis hemos ido adaptándonos en nuestros cultos como mejor hemos podido.
En la Confraternidad hemos tenido que aplazar plenos como el de junio, la peregrinación de octubre… No hemos podido acompañaros de forma presencial como hubiera sido de desear. La sensatez y los valores anteriormente expuestos nos obligaban a buscar alternativas en redes sociales.
Quien no toma decisiones jamás se equivocará y será como se nos dice en el Apocalipsis: “Porque ni eres frío… ni caliente…”.
Sí pudimos asistir a la consagración de la Parroquia de San Juan Pablo II en Montequinto. En ella pedimos por todos vosotros, por vuestras familias y amigos. Ante tanta muerte, el nacimiento de una nueva parroquia nos renueva la vida a todos los creyentes, como también la constitución de una nueva hermandad. Concretamente en Gelves. Allí participamos en la Misa de Acción de Gracias.
Esta Junta que presido se ha tenido que adaptar a la realidad como todos. Fundamentalmente mediante redes sociales.
Aprobamos las partidas de Caridad, incluso una partida extraordinaria destinada a la adquisición de material de protección sanitario destinada al Hospital de San Juan de Dios, de Bormujos.
Hemos colaborado aportando diversos artículos para revistas. Algo, sin duda, relevante para proclamar nuestra existencia y razón de ser como comunidad de creyentes cruceros.
Hemos atendido peticiones de “Lignum Crucis” y hemos realizado las necesarias gestiones de tesorería.
Todo ello ha sido posible gracias a vosotros. Gracias a vuestras hermandades y Cofradías que, con generosidad y compromiso, a pesar de las adversidades, habéis respondido a la llamada de vuestra Confraternidad. Y digo bien, “vuestra Confraternidad”. Porque así la sentimos todos nosotros.
Los que me conocéis sabéis que soy firme creyente de la acción del Espíritu Santo en nuestros días. Si esta Confraternidad se sostiene es únicamente por su innegable acción. Los frutos los estamos viendo con las solicitudes de incorporación de cada vez más hermandades.
Llegará un día, más pronto que tarde, que nos podremos abrazar de nuevo. Tengo la esperanza de que aquel día no olvidemos lo que este tiempo nos está enseñado: Que nuestras familias son templos-iglesias domésticas donde la oración está presente. Que tenemos que pedir los unos por los otros como principal mandamiento para un crucero. Amarnos los unos a los otros como Él nos enseñó. Llevamos dos años en los que la Semana Santa no es lo que era. Paciencia. Más pronto que tarde será hasta mejor: más auténtica en fe, esperanza y caridad.
Gervasio Rodríguez Pérez
Presidente de la Confraternidad de HH. y CC. de la Vera-Cruz