Sobre lo sucedido en el Llanito de las Descalzas de Aguilar de la Frontera (Córdoba)
Querido/a hermano/a de la Vera Cruz:
Si la prudencia es la virtud que dispone el espíritu a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios para realizarlos, la sensatez ha de ser la virtud que nos permita elegir correctamente el camino que nos lleve a conseguir ese bien tan preciado. ¿Y cuál ha de ser “nuestro verdadero bien” para quienes decimos que somos discípulos de Cristo en el año 2021? La salvación de los hombres y nuestra propia santificación. ¿Qué modelo tenemos para lograrlo? Jesús, Nuestro Señor. No hay otro para nosotros, los cristianos.
Lo acontecido en Aguilar de la Frontera (Córdoba) puede reducirse para los no creyentes a un asunto puramente administrativo, de cumplimiento con un marco legal establecido, que en última instancia tendrá que dirimirse en los tribunales de Justicia. Sin embargo, para nosotros (especialmente para quienes más lejos podamos encontrarnos de esta población andaluza) su desenlace es ejemplo palmario de la gran obstinación humana por alimentar la intolerancia. Intransigencia que sufren especialmente nuestros hermanos y hermanas de Aguilar. A ellos nuestro afecto sincero.
Se explica así que el acto consumado de la alcaldesa de Aguilar de la Frontera haya suscitado una tormenta de reacciones cuyas respuestas han de pasar, indudablemente para nosotros, por el tamiz de la oración. Por eso y aún resonando los truenos que provocan determinadas vestiduras cuando son rasgadas en las redes sociales…, puesto en oración y habiendo leído todo tipo de comentarios…, creo que como Presidente que sirvo a la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera Cruz he de compartir contigo, ahora sí, las palabras de Pablo: “… esforzaos por vivir con tranquilidad, ocupándoos de vuestros asuntos y trabajando con vuestras propias manos, como os lo tenemos mandado, para que os comportéis honestamente con los no cristianos y no tengáis necesidad de nadie” (1 Tes 4, 11).
¿Significan estas palabras que los cristianos del año 2021 debemos confundir el mensaje del “Evangelio” con un templado “buenismo”? En absoluto. ¿Acaso hemos recibido el Espíritu Santo para tener y defender -incluso hasta con odio- una cierta “sensibilidad religiosa”? Que no os engañen aquellos que legitiman la discordia con argumentos perfumados para no oler intenciones ajenas a la Palabra de Dios. ¿Quién se alza con autoridad para permitirnos borrar de sentido las líneas más incómodas de la oración con la que llamamos a Dios “Padre”? “Si llevas cuentas de los delitos…”, nos dice el Salmo 129.
Sabes bien que vivimos tiempos donde el odio, la intolerancia y el cinismo han alcanzado la presidencia del corazón del mundo. Pero nuestro reino -recuerda- no es de este mundo y en nuestros corazones nadie debe obligarnos a legitimar los pecados anteriores.
La acción administrativa tomada por la alcaldesa de Aguilar de la Frontera ha de tener respuesta en los juzgados. Es justo. En los procesos democráticos también…, pero creo firmemente que ningún juzgado podrá reparar lo que el “martillo percutor” de la imprudencia y la insensatez derriba y acaban arrojando al estercolero: la convivencia y la paz social. No seamos peones de sectarios (de una y otra parte) que nos piden hacer volar por los aires del rencor, la venganza o la testosterona…, dicha convivencia.
Este capítulo que todos estamos sufriendo es un regalo de Dios para nosotros los cruceros (si aquello hicieron al Pastor…, ¡qué no harán al rebaño!) para que encendamos nuestras “lámparas” de sensatez e iluminemos con ella la Santa Cruz (tropiezo y necedad para este mundo) no desde el balcón de las ideologías excluyentes o el púlpito de las redes sociales que todo lo incendian, sino desde el Sagrario de nuestro cuerpo; pues ante todo y sobre todo hemos de seguir siendo cirineos (viviendo en comunidad) para tantas y tantos seres humanos incapaces de soportar el peso de sus propias cruces.
Pido a Dios para que la Sabiduría guíe nuestros pasos por la vida.
Gervasio Rodríguez Pérez
Presidente de la Confraternidad de HH. y CC. de la Vera Cruz